martes, 21 de octubre de 2008

Mito de Ibeiji (Ibenji , Ibenyi)





En la antigüedad, en el pueblo de Isokun, vivía un agricultor muy próspero que era conocido en todas partes como un cazador de monos. Esto era así porque como sus siembras eran muy prolíficas, los monos venían a comer de sus cultivos.
De modo que los monos se volvieron una plaga para el agricultor. Este trataba de expulsarlos, pero ellos iban y venían, y comían de todos sus frutos. Él y sus trabajadores vigilaban los cultivos, mataban a los monos y los sacaban con palos y piedras. Pero los monos se negaban a irse. Y siempre regresaban a comer de sus siembras.
El agricultor se las ingenió para mantener a los monos fuera de sus cultivos. Entonces los monos hicieron Juju (brujería). Comenzaba a llover y los vigilantes se iban a la casa, pensando que con la lluvia los monos no vendrían a comerse las cosechas. Pero los monos hicieron que cayera la lluvia y mientras llovía, ellos comían y comían. Cuando el agricultor descubrió esto, mandó a construir techos para los vigilantes. Así pudo matar muchos monos.

Aquél agricultor tenía varias esposas. Un día un adivino vino al pueblo de Isokun y predijo para el agricultor: “Si continúas matando monos, tus esposas no podrán tener hijos. Los monos son sabios y poderosos, ellos tienen la facultad de enviar un abiku (nacidos para morir prematuramente) a los vientres de tus esposas. Cesa de matar monos. Permite que los monos vengan y coman en tu tierra”.

El agricultor no le creyó a aquel Babalawo. Y continuó matando a los monos. Estos se reunieron y discutieron la forma de vengarse del hombre. Fue así como decidieron enviarle dos abikus. Entonces dos monos se transformaron en abikus y viajaron al vientre de una de las esposas del agricultor. Cuando la mujer parió, nacieron los primeros gemelos en aquel pueblo Yorubá. Esto atrajo la atención de todo el mundo. Era la primera vez que nacían dos niños a la vez. Unos dijeron: “Qué buena fortuna para el agricultor”. Otros manifestaron: “Esto es un mal signo para el agricultor, ya que sólo los monos paren gemelos”.

Pero como los gemelos eran abikus, al poco tiempo murieron. Y los monos retornaron al “lugar de los no nacidos”. De nuevo, una de las esposas del agricultor quedó embarazada, y cuando parió, nacieron otros gemelos. Pero como eran monos, al poco tiempo de vida, murieron. Así pasó con todas las esposas. El agricultor desesperado, porque no podía tener herederos, viajó a un lejano lugar para consultar a Orúnmila. Ifa le dijo: “Tus problemas son provocados por los monos. Ellos están enviando abikus a los vientres de tus esposas. Tú le has provocado a ellos un gran sufrimiento, y en venganza ellos te hacen Juju (brujería). Permite que ellos coman en tus cultivos, a lo mejor así se apaciguan”.

El agricultor regresó a Isokun, y dejó de cazar monos. Los monos comían tranquilamente. De nuevo, una de las esposas del agricultor salió embarazada y parió gemelos. Pero el agricultor, inquieto por sus anteriores experiencias, fue de nuevo a consultar el oráculo de Ifa para asegurarse de que sus hijos no murieran otra vez. Ifa le dijo: “Estos gemelos no son abikus. Los monos se han apaciguado. Pero tampoco estos gemelos son niños ordinarios. Estos gemelos tienen el gran poder de premiar o castigar a los seres humanos. Su protector es el Orisha Ibeji. Si alguien maltrata a estos gemelos, el espíritu Ibeji castigará a esa persona con enfermedad, pérdidas (embarazos) y pobreza. Y quien trate a los gemelos con bien, será recompensado con hijos y buena fortuna”.

Ifa también dijo: “Debes hacer cualquier cosa que los haga felices en este mundo. Lo que ellos quieran, dáselo. Hazle ofrendas al orisha Ibeji. Ya que los gemelos fueron enviados al mundo por los monos. Los monos son sagrados para el Orisha Ibeji. Ni los gemelos ni sus padres pueden matar monos ni comer carne de mono”.

El agricultor retornó a Isokun y le dijo a su esposa lo que había aprendido de Ifa. Él le explicó que lo que los gemelos quisieran, había que dárselo. Si querían dulce, se los diera; si querían ir al mercado a pedir, que los cargara y los llevara al mercado; si querían bailar, que ella los cargara en sus brazos y danzara con ellos. Así vino la buena fortuna a la vida del agricultor.

Desde este día, los gemelos son llamados: “Adanjunkale” (“con ojos brillantes en la casa”). El primero que nace es llamado: Taiwo (To—aiye—wo: El que viene a probar la vida). El segundo que nace es llamado Kehinde (Ko—ehin—de: El que viene detrás de otro), y es el mayor de los dos. El pueblo Yorubá dice que Kehinde siempre envía a Taiwo adelante para descubrir si la vida vale la pena
Batuque Religión Afro-Riograndense ( Brasil)
-Historiografia-
-Investigaciones de campo del Antropólogo Norton Corrêa.-
El africano en la historia Rio-grandense
Elementos

La insuficiencia de artículos, las mezclas de terminologías, las dislocaciones de la historiográfica oficial, sumado a la existencia de pequeña cantidades de datos y documentos históricos disponibles sobre el africano en Rio Grande do Sul, hacen para el novato y posiblemente para el no tan novato un rompe cabezas de difícil comprensión. El propio término “negro”, no alcanzase ya la ambigüedad que posee hoy como clasificatorio de naturalezas de individuos (donde color y clase social son algunas de las variables intervinientes), aparece en la documentación histórica como sentido también dudoso: " Las palabras negro y negra ¿significaran africanos?, se preguntan los investigadores ¿Quién nos garantiza?" Cuestiona por ejemplo Dante de Laytano (1957: 29) haciendo referencia al hecho de los considerados no-blancos (lo que incluía a los indios) siendo a veces contados como "negros" en los documentos antiguos. Entretanto, la época de la colonización rio-grandense, los esclavos indígenas (eufemísticamente llamados de "indios administrados"), era en muy pequeña cantidad, siendo el porcentaje de estas poblaciones muy debajo de la negra africana. Las únicas excepciones eran en la zona de Misiones, (donde estaba concentrados 74 % dos indios rio-grandenses) conforme Saint'Hilaire (1974: 48) La gran mayoría de las antiguas estadísticas no deja dudas sobre la presencia masiva de esclavos negros en ciertas localidades, en el pasado. Pero la más importante de las evidencias es el considerable número de descendientes africanos allí hoy es el testimonio vivo de esta presencia.
Lejos de querer perfilar una historia regional de la esclavitud del africano rio- grandense, apenas reuní e intente organizar algunos datos documentales. El objetivo es intentar levantar ciertas cuestiones mas relacionadas a “El Batuque” y su naturaleza africana. Pero, El Batuque no es algo despegado de la historia, ni desvinculado del contexto donde se inicia ni de donde se encuentra, de modo que muchos de estos aspectos están directa e inevitablemente relacionados con las circunstancias históricas en que las cosas ocurrieron.
A estos datos a la par de algunas observaciones que el antropólogo Norton Corrêa tiene obtenidas, a través de investigaciones de campo que vino realizando durante 20 años sobre las poblaciones negras rio-grandenses, incluidos testimonios de la tradición oral (en el sentido de Vansina, 1967). Talvez puedan contribuir para la comprensión de algunas de las muchas cuestiones que persisten sobre el tema Batuque-religión africana interpretada en Brasil.
Trabajos de impresión, principalmente historiográficos, sobre el negro en Rio Grande do Sul son los de Bento (1976), Cardoso (1962), Ferraz (1980), Flores (1980), Laytano (1936, 1937, 1940, 1942 e 1957), Maestri Filho (1979 e 1984), Monti (1985).

Gracias ricardo de Oxala por tan bonito material para publicar en la pagina , un abrazo enorme amigo de mi alma.

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