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jueves, 26 de junio de 2008
Oxum
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OXUM, OCHUN, OSHUM. Es la orixa del amor, de la femeneidad y del rio, las cascadas, el agua dulce. Es el símbolo de la coquetería, simpatica, bailadora, alegre. Hablar de Oxum, es hablar del amor, de la dulzura de este orixa. Orixá que posee el mismo nombre que un río de Nigeria, en Ijexá e Igebú.Segunda mujer de Xangó. Diosa del oro. A Oxum le pertenece el vientre de la mujer y al mismo tiempo controla la fecundidad; por eso le pertenecen los niños.Dueña de los ríos y cachoeira, le gusta usar collares y joyas, cosas de oro y todo lo que se relacione con la vanidad.
OXUM EN OCHA
Se le llama: OCHUN
Se la sincretiza con la virgen de la Caridad del Cobre
Es la bella de las bellas. Gustaba pasearse por el monte, cantaba y jugaba con los animales, porque ella amansa a las fieras y ni el alacrán la pica. Un día Oggún, el herrero infatigable que vive en el monte, la vio pasar y sintió que se le traspasaba el corazón. Impetuoso y brutal, corrió detrás de la silvetiaba su deseo, decidido a poseerla. Ochún que estaba enamorada de Xangó huyó asustada. Agil como el venado, en su loca carrera atravesó los verdes campos de berro del orisha Okó, el que asegura la fecundidad de la tierra. Pero Oggún, enardecido y violento, estaba por darle alcance. Fue entonces que Ochún, desesperada, se lanzó al río. Arrastrada por el torbellino de la corriente, llegó hasta la desembocadura donde se tropezó con Yemayá. Compadecida, Yemayá la tomó bajo su protección, y le regaló el río para que viviera. Para alegrarla, la cubrió de joyas, corales e infinitas riquezas. Por eso es que Ochún vive en el río y quiere tanto a Yemayá.
Cualidades de Ochun:
Yeyé Moró ( Yeyé Karí ) : la más alegre, coqueta y disipada de todas. Continuamente está de juerga, pachanga, se pinta, se mira en el espejo, se perfuma, y hasta con los muertos coquetea. Tiene una gran afiliación con Eggún, motivo por el cual muchos lucumí la consideran mungungu, o reina ngangá.
Ochún Kayodé : como Yeyé Moró, se pasa la vida rumbeando, y es muy alegre y servicial. Miwá, observa la misma conducta ya que es “ligera de cascos”. En Oyó, el orishá Xangó la tuvo como esposa, y era muy respetada y querida. Sus riquezas eran incomparables, y a través de ellas, engalanó a su esposo para que le enseñase el arte adivinatorio de Até. Se la funda en un otá de río bien pulido, redondo, de colores marrones en degradé. Sus caracoles son también marrón oscuro, y lleva una llave de oro que le obsequió Elegguá, con las que abre las puertas de la felicidad, de los corazones de la gente, pues todos la quieren.
Ochún Aña : es la Oxúm de los tambores. En el batá, se suelen cruzar los seconde ( segundo tambor de la orquesta ) en nombre de Aña. Se nota su buen asentamiento, cuando ella baila frente a éste, pues es su predilecto y muy rítmico de por cierto, entonces aceptó el tambor. La dupla Alafi - Aña, es muy común entre los cuerpos de rada ( tamboreros ) de las Reglas cubanas.
Ochún Yumú ( Bumí ) : teje mallas, redes y cestos para los pescadores. Vieja y sorda, también fabrica jarros de barro. Muy severa, esta vinculada con Oggún. Habitualmente a ella se la considera su mujer. Es la más rica de todas, y “no le gustan las fiestas”. Su fundamento tiene la forma de un pez, es de cerámica blanca, y su otá presenta características de una piedra de río plana, con forma de corazón, de color amarillo azufrado, porosa. Lleva anzuelos, remos, redes, mucho oro, y cosas de la kalunga ( cementerio ). Yumú está asociada a los muertos, sale del río y maneja la pica y el azadón en Izokú ( también llamados así a los cementerios ). Trae a sus hijos la prosperidad comercial en todo lo que emprendan. Se mece en una mecedora, una comadrita, en el fondo del río.
Ochún Sekesé : es sumamente seria. Se la asienta con un muñeco de madera, que tenga los pechos muy abultados, pues “tiene bastante alimento para darle de mamar a su hijo”. Algunos pueblos de África, como ser Takuá, lucumí e Ijebu, suelen ponerle un niño entre los brazos. Es fiel mujer de Xangó, y a éste orishá se le atribuye ese hijo, el Xangó Ibeji.
Ochún Akuara ( Ibú ) : vive entre el mar y el río, por tanto, es de agua salada o dulce. Es la que prepara los amarres sentimentales a través de filtros para el amor. Se le suele llevar hasta su jurisdicción ofrendas, ochinchín, con mucha miel, bastante oro y perfumes, y una botella de sidra dulce. Antes de llegar al lugar, hay que hacerle ebbó a Yemayá, su madre adoptiva quién la recogió en su desesperada huida. Akuara, para muchos lucumí, es uno de los pasajes más viejos de Ochún, que viene de Dajomi. Nada se escapa a sus ataduras...
Ochún Fumiké : está relacionada con Obatalá. Le concede hijos a las mujeres estériles y quiere mucho a los niños. Cuando una mujer no puede quedar embarazada, se le hace un omiero con yerbas del monte de Ochún ; luego se la impregna con miel. Una vez que la señora quedó en cinta, para mantenerlo ( pues también se puede ser propensa a perderlo ), se ata un cordón amarillo alrededor del vientre de la embarazada, flojo, para que la pancita siga creciendo y la criatura no se “desprenda”. A Fumiké se la fundamenta en una sopera blanca de cerámica, pues es el atributo que le concedió Obatalá, para dar vida y nacimiento a nuevas personas en la tierra.
Ololodí ( Olodí ) : como Yumu vive en los fondos de los ríos. Borda y teje sumida en el agua, con sus peces, una estrella y la media luna. Es muy sirena. También es media sorda, y tarda en responder a su invocación. Muy casera, Señora de respeto. Sólo se ocupa de asuntos verdaderamente serios. Es menester agitar con fuerza un agogó o campanilla, que antes era de cobre y hoy es de plata, o llamarla como a Atití, con una trompeta en forma de cuerno del mismo metal. No baila.
Ochún Funké : es sabia, y tiene grandes conocimientos sobre la magia. Junto a Xangó, su marido - una de las mejores afinidades de estos orishas -, aprendió los secretos de la hechicería y la adivinación. Su padrino es Orulá. Viene de tierra Takuá.
Edé ( Pandá ) : es elegante, gran señora, le gusta la música, concurre a las fiestas, pero es juiciosa y fiel mujer de Xangó y de su hogar. Terriblemente celosa, sus ojos irradian odio y bravura cuando otra orisha intenta reconquistar al “galán”. Se la funda en una fuente o sopera de cerámica blanca, con un muñeco de madera, que tenga los ojos grandes enmarcados por dos caracolas abiertas o güiro.
Ochún Niwé ( Migwé ) : vive entre los juncos del río. Está muy asociada con Naná Burukú, y ambas entretejen cestos y canastos para los pescadores. Se la simboliza en una imagen de madera, muy oscura, pues su cuerpo siempre está impregnado de barro, y lleva los mismos atributos que su amiga Naná.
OXUM, OCHUN, OSHUM. Es la orixa del amor, de la femeneidad y del rio, las cascadas, el agua dulce. Es el símbolo de la coquetería, simpatica, bailadora, alegre. Hablar de Oxum, es hablar del amor, de la dulzura de este orixa. Orixá que posee el mismo nombre que un río de Nigeria, en Ijexá e Igebú.Segunda mujer de Xangó. Diosa del oro. A Oxum le pertenece el vientre de la mujer y al mismo tiempo controla la fecundidad; por eso le pertenecen los niños.Dueña de los ríos y cachoeira, le gusta usar collares y joyas, cosas de oro y todo lo que se relacione con la vanidad.
OXUM EN OCHA
Se le llama: OCHUN
Se la sincretiza con la virgen de la Caridad del Cobre
Es la bella de las bellas. Gustaba pasearse por el monte, cantaba y jugaba con los animales, porque ella amansa a las fieras y ni el alacrán la pica. Un día Oggún, el herrero infatigable que vive en el monte, la vio pasar y sintió que se le traspasaba el corazón. Impetuoso y brutal, corrió detrás de la silvetiaba su deseo, decidido a poseerla. Ochún que estaba enamorada de Xangó huyó asustada. Agil como el venado, en su loca carrera atravesó los verdes campos de berro del orisha Okó, el que asegura la fecundidad de la tierra. Pero Oggún, enardecido y violento, estaba por darle alcance. Fue entonces que Ochún, desesperada, se lanzó al río. Arrastrada por el torbellino de la corriente, llegó hasta la desembocadura donde se tropezó con Yemayá. Compadecida, Yemayá la tomó bajo su protección, y le regaló el río para que viviera. Para alegrarla, la cubrió de joyas, corales e infinitas riquezas. Por eso es que Ochún vive en el río y quiere tanto a Yemayá.
Cualidades de Ochun:
Yeyé Moró ( Yeyé Karí ) : la más alegre, coqueta y disipada de todas. Continuamente está de juerga, pachanga, se pinta, se mira en el espejo, se perfuma, y hasta con los muertos coquetea. Tiene una gran afiliación con Eggún, motivo por el cual muchos lucumí la consideran mungungu, o reina ngangá.
Ochún Kayodé : como Yeyé Moró, se pasa la vida rumbeando, y es muy alegre y servicial. Miwá, observa la misma conducta ya que es “ligera de cascos”. En Oyó, el orishá Xangó la tuvo como esposa, y era muy respetada y querida. Sus riquezas eran incomparables, y a través de ellas, engalanó a su esposo para que le enseñase el arte adivinatorio de Até. Se la funda en un otá de río bien pulido, redondo, de colores marrones en degradé. Sus caracoles son también marrón oscuro, y lleva una llave de oro que le obsequió Elegguá, con las que abre las puertas de la felicidad, de los corazones de la gente, pues todos la quieren.
Ochún Aña : es la Oxúm de los tambores. En el batá, se suelen cruzar los seconde ( segundo tambor de la orquesta ) en nombre de Aña. Se nota su buen asentamiento, cuando ella baila frente a éste, pues es su predilecto y muy rítmico de por cierto, entonces aceptó el tambor. La dupla Alafi - Aña, es muy común entre los cuerpos de rada ( tamboreros ) de las Reglas cubanas.
Ochún Yumú ( Bumí ) : teje mallas, redes y cestos para los pescadores. Vieja y sorda, también fabrica jarros de barro. Muy severa, esta vinculada con Oggún. Habitualmente a ella se la considera su mujer. Es la más rica de todas, y “no le gustan las fiestas”. Su fundamento tiene la forma de un pez, es de cerámica blanca, y su otá presenta características de una piedra de río plana, con forma de corazón, de color amarillo azufrado, porosa. Lleva anzuelos, remos, redes, mucho oro, y cosas de la kalunga ( cementerio ). Yumú está asociada a los muertos, sale del río y maneja la pica y el azadón en Izokú ( también llamados así a los cementerios ). Trae a sus hijos la prosperidad comercial en todo lo que emprendan. Se mece en una mecedora, una comadrita, en el fondo del río.
Ochún Sekesé : es sumamente seria. Se la asienta con un muñeco de madera, que tenga los pechos muy abultados, pues “tiene bastante alimento para darle de mamar a su hijo”. Algunos pueblos de África, como ser Takuá, lucumí e Ijebu, suelen ponerle un niño entre los brazos. Es fiel mujer de Xangó, y a éste orishá se le atribuye ese hijo, el Xangó Ibeji.
Ochún Akuara ( Ibú ) : vive entre el mar y el río, por tanto, es de agua salada o dulce. Es la que prepara los amarres sentimentales a través de filtros para el amor. Se le suele llevar hasta su jurisdicción ofrendas, ochinchín, con mucha miel, bastante oro y perfumes, y una botella de sidra dulce. Antes de llegar al lugar, hay que hacerle ebbó a Yemayá, su madre adoptiva quién la recogió en su desesperada huida. Akuara, para muchos lucumí, es uno de los pasajes más viejos de Ochún, que viene de Dajomi. Nada se escapa a sus ataduras...
Ochún Fumiké : está relacionada con Obatalá. Le concede hijos a las mujeres estériles y quiere mucho a los niños. Cuando una mujer no puede quedar embarazada, se le hace un omiero con yerbas del monte de Ochún ; luego se la impregna con miel. Una vez que la señora quedó en cinta, para mantenerlo ( pues también se puede ser propensa a perderlo ), se ata un cordón amarillo alrededor del vientre de la embarazada, flojo, para que la pancita siga creciendo y la criatura no se “desprenda”. A Fumiké se la fundamenta en una sopera blanca de cerámica, pues es el atributo que le concedió Obatalá, para dar vida y nacimiento a nuevas personas en la tierra.
Ololodí ( Olodí ) : como Yumu vive en los fondos de los ríos. Borda y teje sumida en el agua, con sus peces, una estrella y la media luna. Es muy sirena. También es media sorda, y tarda en responder a su invocación. Muy casera, Señora de respeto. Sólo se ocupa de asuntos verdaderamente serios. Es menester agitar con fuerza un agogó o campanilla, que antes era de cobre y hoy es de plata, o llamarla como a Atití, con una trompeta en forma de cuerno del mismo metal. No baila.
Ochún Funké : es sabia, y tiene grandes conocimientos sobre la magia. Junto a Xangó, su marido - una de las mejores afinidades de estos orishas -, aprendió los secretos de la hechicería y la adivinación. Su padrino es Orulá. Viene de tierra Takuá.
Edé ( Pandá ) : es elegante, gran señora, le gusta la música, concurre a las fiestas, pero es juiciosa y fiel mujer de Xangó y de su hogar. Terriblemente celosa, sus ojos irradian odio y bravura cuando otra orisha intenta reconquistar al “galán”. Se la funda en una fuente o sopera de cerámica blanca, con un muñeco de madera, que tenga los ojos grandes enmarcados por dos caracolas abiertas o güiro.
Ochún Niwé ( Migwé ) : vive entre los juncos del río. Está muy asociada con Naná Burukú, y ambas entretejen cestos y canastos para los pescadores. Se la simboliza en una imagen de madera, muy oscura, pues su cuerpo siempre está impregnado de barro, y lleva los mismos atributos que su amiga Naná.
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